Cuando el olor a tierra mojada te recuerda lo que eres. Cuando durante el año de Erasmus en Roma siempre subrayabas que, en realidad, todos los caminos llevan a la cooperativa de tu pueblo. Cuando miras y te miran y piensas que ese instante debería ser Indicación Geográfica Protegida. Cuando te lamentas porque los tomates, las canciones de Sabina y los pollos de "corral" han perdido su sabor. Cuando quieres vivir una experiencia virgen extra y desayunas con ella y un toque de aceite de oliva. Cuando te dejan con la miel en los labios y miras la etiqueta. Cuando dejas de creer y te ponen una de ibéricos... Sin pretenderlo, en esos momentos estás sentando las bases de un gran periodista agroalimentario.
Lo sabemos. Es difícil aspirar a un premio Pulitzer cuando publicas el mejor reportaje de investigación del mundo sobre arrendamientos rústicos. Es verdad, nunca conectarán contigo en directo en horario de prime-time para que des la última hora sobre los avances en inseminación artificial en cerdas reproductoras, ni Marca llevará tu crónica a portada aunque hables del golazo del aceite de oliva español al italiano. No premiarán tu labor como corresponsal en la guerra del tomate hispano-marroquí ni se harán selfies contigo en el aeropuerto tras tu última exclusiva sobre las previsiones de cosecha de cereales en Castilla y León.
Sí, llevamos al extremo lo de informar con los pies en la tierra. Entre pan y circo, en este sector apostamos por lo primero. Utilidad y relevancia como señas de identidad para aportar valor real a la comunidad agroalimentaria a la que servimos. Y eso redunda en el respeto y consideración de las gentes del campo. Una especialización que facilita la toma de decisiones a los que cada día exponen su trabajo encima de tu mesa y evita falsos mitos en torno al sector agrario y la alimentación.
Para ayudarte en este camino, la Asociación Española de Periodistas Agroalimentarios (APAE) y la Universidad San Jorge han abierto el plazo de inscripción de la II edición del único "Título de Experto en Información y Comunicación Agroalimentaria"de nuestro país. La información y la comunicación agroalimentaria han adquirido en los últimos años una importancia creciente debido a circunstancias como el protagonismo de la Política Agraria Comunitaria (PAC), la multiplicación de la información sobre crisis alimentarias, el incremento del interés público por cuestiones relativas a la agricultura y la alimentación y el desarrollo de la industria agroalimentaria, que por un lado genera más información especializada y, por otro, demanda especialistas en gestión de comunicación corporativa.
Es una opción más. Al menos valoralá. En este sector siempre será más fácil dejar un "buen sabor de boca".
Cuando el olor a tierra mojada te recuerda lo que eres. Cuando durante el año de Erasmus en Roma siempre subrayabas que, en realidad, todos los caminos llevan a la cooperativa de tu pueblo. Cuando miras y te miran y piensas que ese instante debería ser Indicación Geográfica Protegida. Cuando te lamentas porque los tomates, las canciones de Sabina y los pollos de "corral" han perdido su sabor. Cuando quieres vivir una experiencia virgen extra y desayunas con ella y un toque de aceite de oliva. Cuando te dejan con la miel en los labios y miras la etiqueta. Cuando dejas de creer y te ponen una de ibéricos... Sin pretenderlo, en esos momentos estás sentando las bases de un gran periodista agroalimentario.
Lo sabemos. Es difícil aspirar a un premio Pulitzer cuando publicas el mejor reportaje de investigación del mundo sobre arrendamientos rústicos. Es verdad, nunca conectarán contigo en directo en horario de prime-time para que des la última hora sobre los avances en inseminación artificial en cerdas reproductoras, ni Marca llevará tu crónica a portada aunque hables del golazo del aceite de oliva español al italiano. No premiarán tu labor como corresponsal en la guerra del tomate hispano-marroquí ni se harán selfies contigo en el aeropuerto tras tu última exclusiva sobre las previsiones de cosecha de cereales en Castilla y León.
Sí, llevamos al extremo lo de informar con los pies en la tierra. Entre pan y circo, en este sector apostamos por lo primero. Utilidad y relevancia como señas de identidad para aportar valor real a la comunidad agroalimentaria a la que servimos. Y eso redunda en el respeto y consideración de las gentes del campo. Una especialización que facilita la toma de decisiones a los que cada día exponen su trabajo encima de tu mesa y evita falsos mitos en torno al sector agrario y la alimentación.
Para ayudarte en este camino, la Asociación Española de Periodistas Agroalimentarios (APAE) y la Universidad San Jorge han abierto el plazo de inscripción de la II edición del único "Título de Experto en Información y Comunicación Agroalimentaria" de nuestro país. La información y la comunicación agroalimentaria han adquirido en los últimos años una importancia creciente debido a circunstancias como el protagonismo de la Política Agraria Comunitaria (PAC), la multiplicación de la información sobre crisis alimentarias, el incremento del interés público por cuestiones relativas a la agricultura y la alimentación y el desarrollo de la industria agroalimentaria, que por un lado genera más información especializada y, por otro, demanda especialistas en gestión de comunicación corporativa.
Es una opción más. Al menos valoralá. En este sector siempre será más fácil dejar un "buen sabor de boca".
Más información sobre el Título de Experto en Información y Comunicación Agroalimentaria